Cada tercer sábado de septiembre, Colombia se viste de amor y amistad, pero, ¿conoces la historia detrás de esta fecha especial?
El Día del Amor y la Amistad, una fecha tan especial para celebrar esos lazos que nos unen a nuestros seres queridos, tiene en Colombia una particularidad: se festeja en el mes de septiembre, a diferencia de la mayoría de países del mundo que lo conmemoran el 14 de febrero, Día de San Valentín.
Retrocedamos en el tiempo hasta 1969. En ese entonces, los comerciantes colombianos buscaban una estrategia para impulsar las ventas en una época del año con menor flujo económico.
Es así como, inspirados en el éxito del Día de San Valentín, propusieron trasladar la celebración del amor y la amistad al mes de septiembre, aprovechando el recibimiento de la quincena para estimular las compras de regalos y detalles especiales.
Pero la iniciativa no solo tenía un trasfondo comercial. En Colombia, el mes de septiembre no contaba con una celebración especial, por lo que se vio la oportunidad perfecta para crear una tradición propia. De esta manera, se estableció que el Día del Amor y la Amistad se celebraría el tercer sábado de cada septiembre.
En un primer momento, la fecha estaba dedicada exclusivamente a demostrar el amor entre parejas. Más adelante, surgió el término de la amistad con el fin de ampliar el carácter de la celebración para que aquellos que no estuvieran en una relación amorosa también pudieran tener un día especial para celebrar con sus amigos.
Las formas de celebrar este día son tan diversas como las personas mismas. Algunas parejas optan por cenas románticas, intercambios de regalos y cartas llenas de cariño. Los amigos, por su parte, suelen organizar reuniones, juegos de amigo secreto y actividades que fortalezcan sus vínculos.
Aunque el Día del Amor y la Amistad, al igual que muchas celebraciones que ya se nos han vuelto tradiciones, surgió como una estrategia comercial, esta fecha no solo es una oportunidad para dar y recibir obsequios, sino también para reflexionar sobre la importancia de estos sentimientos en nuestras vidas.
En un mundo cada vez más conectado virtualmente, pero a desconectado emocionalmente, esta celebración nos recuerda la necesidad de cultivar y valorar nuestras relaciones personales.
Es un recordatorio de que, aunque la vida moderna nos empuje a la inmediatez y a la virtualidad, los momentos compartidos y los sentimientos genuinos siguen siendo la base de nuestras conexiones humanas.
Así que este 21 de septiembre, aprovechemos la ocasión para estrechar lazos, expresar nuestro cariño y agradecer por tener a esas personas especiales en nuestras vidas. ¡Feliz Día del Amor y la Amistad!